Señor Jesucristo, nos da miedo gastar la vida. Pero la vida tú nos las has dado para gastarla; no se la puede economizar en estéril egoísmo. Líbranos de la prudenci cobarde, la que nos hace evitar el sacrificio, y buscar la seguridad. Entrénanos a lanzarnos a lo imposible, porque detrás de lo imposible está tu gracia y tu presencia; no podemos caer al vacío. El futuro es un enigma, nuestro camino se interna en la niebla; pero tú estás esperando en la noche, con mil ojos llenos de lágrimas.
Amén,
Propósito del día: Hacer un exámen de conciencia presentando a Dios aquello en lo cual estoy perdiendo la vida.
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