La Palabra de Dios dice en Eclesiastés 3, 1 que hay un tiempo para cada cosa... por lo mismo no nos debe extrañar que en algún momento de nuestras vidas todo esté marchando bien, y luego entremos a un período donde no sea así.
Creo que cada tiempo es una oportunidad que el Señor nos presenta para crecer. Si nos va bien, crecer en agradecimiento a Dios, en el compartir con los demás, en la entrega alegre... si nos va mal, crecer en agradecimiento a Dios, en el compartir con los demás, en la entrega alegre (jejejeje).
Dios es un Dios sabio y no se equivoca... si permite las cosas es "para bien de los que lo aman" (Rom. 8, 28). Todo cuanto nos sucede tiene un propósito, así que rendirse no es una opción. Debemos creer con todo nuestro corazón que el Señor sólo tiene cosas buenas para sus hijos.
Oración: Señor, dame la gracia de confiar en tu Providencia, de rendirme a Tu voluntad y darte siempre las gracias aunque no entienda el por qué. Amén!
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