Definitivamente Dios trabaja en formas misteriosas y a veces ( por no decir que siempre) no lo entendemos, hasta que no vemos la obra maestra terminada.
Desde hace ya unos años, camino de la mano del Señor y por su gran misericordia me ha tocado el gran privilegio y honor de trabajar en su nombre por y para jóvenes, llevándoles la buena nueva y proclamando su amor a todo pulmón. Desde hace ya unos 3 años aproximadamente, me he visto participando en los retiros Felipe como servidor llevando el Kerigma a la Juventud, lo cual me agrada, aunque siéndoles sincero lo que nunca me ha agradado es el tema que siempre me ha tocado humildemente impartir: "EL PECADO", en estos 3 años aproximadamente dando el mismo tema, y repitiendo mi testimonio de vida fuera de la gracia de Dios.
Siempre que me llamaban a servir me decía: quiero servir, pero por favor Señor no me hagas tener que dar este tema de nuevo, y adivinen qué? Siempre me tocaba el mismo tema... Dios en su infinita sabiduría siempre me dejaba este tema a mí, incluso cuando se lo asignaba a otra persona, al final siempre se le presentaba algo al expositor y tenía que subir de emergente y dar el famoso tema y dinámica y en mis adentros me decía: "Que es lo que quiere Dios con esto, pues siempre que termino de dar este tema y doy mi testimonio termino muy afectado y lloro mucho, pues darlo era revivir y recordar todo mi anterior proceder, cuando aun no caminaba siguiendo a Jesus".
Hoy hace 4 días que participé en un Felipe para Jóvenes impartiendo el tema de EL PECADO de nuevo y descubrí, que aunque daba mi testimonio y recordaba mi vida anterior, ya no sentía ni tristeza ni dolor, solo paz y la gran convicción de que con mi testimonio muchos corazones y personas se podían identificar y entender que no importa lo que hayas hecho, ya Dios lo pagó por ti con su vida y su sangre. Este fin de semana alcance a descifrar el objetivo de las Diosidencias que me permitían vez tras vez tener que dar este tema, Dios vez tras vez se fue llevando de mi corazón la vergüenza, el dolor, la amargura y la tristeza que me provocaban el recordar tan solo como fue mi vida antes de que lo proclamara mi Señor y Salvador. Hoy me siento renovado consciente de que Dios a través de estos 3 años de repetición con este tema me fue sanando y hoy puedo declararme en el nombre del Señor Libre de los fantasmas del pasado, pues soy su hijo y por su sangre fui salvado…
Que la Gloria siempre sea dada a ti señor…
Escrito por: Raúl González un Testigo del Amor de Dios
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