La Virgen de la Altagracia es la madre Protectora del Pueblo Dominicano, y muchos se han confundido con esto, debido a que muchas personas creen que ella es la Patrona de la República, pero en realidad, la Patrona del Pueblo Dominicano es La Virgen de las Mercedes, ambas son muy veneradas en el país, aunque la Altagracia es más venerada en el país, quizás por eso se explica la confusión de muchas personas, además su devoción inicia hace muchos años en el pueblo dominicano y por parte de la población católica, iniciándose esta devoción en el país durante el período colonial, cuando los viajes Cristóbal Colón, aunque también fue paseado por otras regiones del continente.
Según los historiadores e incluso los párrocos de la
Iglesia Católica, nos cuentan que a partir del
12 de mayo de
1512 es llevado a cabo una parroquia en la Villa de
Salvaleón de Higüey, bajo las órdenes del obispo de
Santo Domingo,
García Padilla, ya que en esa época habían llegado a Higüey, los Hermanos Trejo, Alonso y Antonio, quienes trajeron la imagen de la Virgen de la Altagracia al país; éstos provenían de
Plasencia, localidad de la Comunidad Autónoma
Extremadura,
España; fue allí en Extremadura en la localidad de
Siruela donde la santa virgen se le apareció a un agricultor sobre un árbol de ahí su nombre, la más Alta Gracia venida de los Cielos. Es también venerada en
Garrovillas de Alconétar, otra localidad extremeña, donde la leyenda cuenta que la santísima virgen se le apareció a una niña sobre una peña. Los Hermanos Trejo fueron los primeros en fundar un trapiche para producir azúcar, que tiempo después daría paso a los famosos ingenios azucareros del país. Los Trejos se mudaron en la Villa de Higüey, y de inmediato regalaron la imagen de la Virgen de la Altagracia, para que toda la comunidad la venerara, y así sucedió, convirtiéndose hoy en la Madre Protectora de la
República Dominicana.
Existen muchas versiones sobre la llegada de la Virgen de la Altagracia al país, una de esta, es la del canónigo
Luís Gerónimo de Alcocer, quién escribió acerca de la llega de la Virgen al país, en su relación de
1650, éste nos dice lo siguiente:
“La imagen miraculosa de nuestra Señora de AltaGracia está en la villa de Higüey, como treinta leguas de la Ciudad de Santo Domingo; son innumerables las misericordias que Dios Nuestro Señor a obrado y cada día obra con los que se encomiendan a su Santa imagen: consta que la trayeron a esta isla dos hidalgos naturales de Placencia en Extremadura, nombrados Alonso y Antonio de Trexo que fueron de los primeros pobladores desta isla, personas nobles como consta de una cédula del Rey Don Felipe Primero, año de 1506, en que encomienda al Governador desta isla que los acomode y aproveche en ella, y aviendo esperimentado algunos milagros que avia hecho con ellos la pusieron para mayor veneracion en la iglesia parroquial de Higüey, adonde eran vecinos y tenían haciendas. Parece que no quiere Dios Nuestro Señor que salga de aquella villa, porque a los principios embiaron por ella el Arzobispo y cabildo de la Cathedral y se desapareció de un arca adonde la traian cerrada con veneración y cuidado y el mesmo tiempo se apareció en su iglecia de Higüey adonde solia estar; está pintada en un lienzo muy delgado de media vara de largo y la pintura es del nacimiento y está Nuestra Señora con el Niño Jesús delante y San Joseph a sus espaldas. Y con aver tanto tiempo tiene muy vivos los colores y la pintura como fresca; van en romería a esta santa imagen de Nuestra Señora de Alta Gracia de toda isla y de las partes de las Indias que están más cerca y cada día se ven muchos milagros que por ser tantos ya no se averiguan ni escriben, algunos en señal de agradecimiento, los hacen pintar en las paredes y otras parte de la iglecia y con ser los menos ya no hay lugar para más; son muchas las lismosnas que se hacen a esta santa iglesia y así está bien proveída de ornamentos y tiene muchas lámparas de plata delante de su santa imagen”.
Canónigo Luís Gerónimo de Alcócer (relación del año de 1650)
La fiesta oficial de la Virgen de la Altagracia es el
21 de enero, según los historiadores, ya que para esa fecha se celebró en la parte Este de la Isla la
Batalla de la Sabana Real, donde el ejército de los españoles, encabezado por Antonio Miniel derrotó al ejército francés el
21 de enero de
1690. También hay una versión que dice, que los españoles le pidieron a la Virgen de la Altagracia, que les ayudara a ganar la batalla, entonces estos ganaron y el 21 de enero, realizaron una gran fiesta religiosa, con motivo de veneración a la Altagracia, aunque su fiesta debería ser el
15 de agosto, debido a que en dicha fecha, fue traída la imagen de la Altagracia al país, pero la fecha del 21 de enero es la oficial y que por muchos años ha permanecido intacta hasta hoy día.
También la fecha del 21 de enero, fue declarada como fiesta oficial religiosa por el
Poder Eclesiástico de la
Iglesia Católica, según una carta del arzobispo Isidoro Rodríguez Lorenzo, quién daba a conocer en
1692, como portavoz de la iglesia, por primera vez la designación de una fecha, como fiesta religiosa, ante la autoridad eclesiástica, aprobando como buena y válida la fiesta de los 21 de enero. Aunque fue con
Monseñor Arturo de Meriño, Arzobispo de Santo Domingo, quién se encargó de pedir a la
Santa Sede, la concesión de Oficio Divino y Misa Propia para el día de la Virgen de la Altagracia suplicando, además, que fuese como festividad de precepto los 21 de enero, ya que los 15 de agosto no se podía, debido a que la Iglesia celebraba en esa fecha el Misterio de la Asunción de la
Virgen de los Cielos. La petición del Monseñor Meriño, fue aprobada, y desde ese entonces, oficialmente es celebrado, todos los 21 de enero, la fiesta de la Virgen de la Altagracia, y en el país fue aprobado por ley la declaración oficial de ese día como no laborable y de fiesta nacional y religiosa en todo el territorio nacional, esto fue ejecutado durante el gobierno de
Horacio Vásquez, quien era devoto de esta Virgen.
Nuestra Señora de la Altagracia ha tenido el privilegio especial de haber sido coronada dos veces por las máximas autoridades de la Iglesia Católica, el Papa
Pío XI y
Juan Pablo II. Su primera coronación fue el
15 de agosto de
1922, cuando el pontífice Papa Pío XI se encontraba en el país, y desde el
Baluarte 27 de Febrero, hoy
Puerta del Conde, la Altagracia fue canónicamente coronada bajo el título de Nuestra Señora de la Altagracia. Durante la primera visita del Papa Juan Pablo II, el
25 de enero de
1979, este bendijo el Santuario de la Altagracia, hoy
Basílica de Nuestra Señora de la Altagracia y el
12 de octubre de
1992, en su segunda visita al país, el Papa Juan Pablo II coronó personalmente a la imagen de La Altagracia con una diadema de plata sobredorada.
Los historiadores tienen varias versiones de la historia y origen de la Altagracia en el país, también de su imagen, de la cual se cree que el lienzo del cuadro de la Altagracia es una obra primitiva, y que pudo ser realizada en la Escuela Española de Arte, y que según los expertos fue pintada a finales del
Siglo XV o a principios del
Siglo XVI. De todos modos, no se puede dar un testimonio oficial acerca del origen del lienzo, debido a que esta pudo haber sido pintada por alguien más, no necesariamente de la Escuela Española de Arte, y tampoco hay ningún documento o testimonio que lo prueben.
El cuadro de la Altagracia mide 54 centímetros de alto por 42 centímetros de ancho y completa la estampa de
Apocalipsis 12:5, el cual relata a una mujer dando a luz a su hijo, y que detrás de ella se encuentra
José. La Altagracia tiene una corona de 12 estrellas, simbolizando los doce apóstoles; también muestra la "Alta Gracia" de
María, la elegida por Dios, para ser la madre de su hijo, y que también ha sido designada como la Reina de la Iglesia, del Cielo y del Mundo, pero sobre todo, la
Madre de Jesús. El marco que sostiene el cuadro de la Altagracia, es una de la expresión más refinada de la orfebrería dominicana, debido a que su cuadro está hecho en oro puro. att:altagracia
Leyendas y mitos acerca del origen de la Altagracia
Existen diversos testimonios y leyendas acerca del origen de la Altagracia en la República Dominicana, unos de los testimonios más recientes, es la publicación del libro de John Fleury, el cual tiene como nombre Historia de Nuestra Señora, la Virgen de la Altagracia, en este libro este afirma, que las creencias o fe hacia Nuestra Señora de la Altagracia, no debe ser asentada en mitos y supersticiones, sino sobre hechos y datos que han sido comprobados por la iglesia Católica.
Otro que habla acerca del origen de la Altagracia, es Monseñor Juan Pepén, en su libro Dónde floreció el naranjo, en donde cita el testimonio de Juan Elías Moscoso en
1907, el cual habla de un colonizador español que vivía hace más de tres siglos en la Villa de Higüey y se dedicaba a vender ganado, por lo que viajaba constantemente a la ciudad de
Santo Domingo.
Según Juan Pepén, en su libro, el padre, en unos de sus viajes a Santo Domingo, sus dos hijas les pidieron un encargo, su hija mayor le pidió que le comprara vestidos, cintas, encajes y otros accesorios femenido, encambio la hija menor, a la cual se le llamaba La Niña, solo le pidió que le llevará la imagen de la Virgen de Altagracia, ya que ella la había visto en sueños. Para todos fue extraño la petición de La Niña, ya que nadie había escuchado hablar de tal Virgen.
Cuando el padre de las niñas, llega de regreso con los regalos de la hija mayor, le dio pena no haber conseguido la Virgen de la Altagracia para la Niña, a pesar de que la buscó por todos lados, pero no la encontró, incluso fue y preguntó a los Canónigos del Cabildo y al mismo Arzobispo, quienes le contestaron que no existía tal advocación.
Al pasar por la localidad Los Dos Ríos, se quedó a pasar la noche en la casa de un viejo amigo. Mientras cenaba con la familia, refirió el caso de la Virgen desconocida, manifestando el sentimiento de aparecerse en su casa sin llevar el encargo que le había hecho su hija predilecta.
Esa misma noche, un viejo que iba de paso, pidió posada en la casa, entonces, el padre de La Niña, estaba hablando de la Virgen, y el viejo dijo que él la tenía consigo, entonces el viejo sacó de su paquete el pergamino de la pintura de la Altagracia, y el viejo le dio la pintura de una preciosa imagen que era la de María adorando a un recién nacido que estaba en sus pies en una cuna. El padre de la Niña, fue abuscar al viejo al llegar el día, pero lo más extraño fue que el viejo jamás volvió a aparecer.
Al llegar el hmbre a la casa de sus hijas, le dio los respectivos regalos a sus hijas, y La Niña al pie del naranjo que aún se conserva a pesar de los siglos, mostró a los habitantes de la zona el día
21 de enero, su soñada imagen y, desde ese momento, quedó establecido el venerado culto de la Virgen de Altagracia, confundida en sus principios con el nombre de la "Virgen de la Niña".
Juan Pepén, también cuenta que La Niña recibió a su padre en el mismo lugar donde hoy se encuentra el antiguo santuario de
Higüey y que allí, un
21 de enero, al pie de un naranjo mostró a quienes se encontraban presentes la imagen, estableciendo ese día el venerado culto de la Virgen de Altagracia.
La Imagen de la Virgen de la Altagracia
La imagen de Nuestra Señora de la Altagracia representa la escena del Nacimiento de Jesús en el Pesebre de Belén, donde se destaca la maternidad de la Virgen.
Lo primero que llama la atención, de quien la observa, es la figura de María en actitud de adoración: con sus manos unidas en forma de arco. Sobre su pecho se distingue una especie de rayo blanco (en forma de triángulo), expresión del nacimiento virginal de Jesús y que sube desde el pesebre, donde duerme el niño, hasta casi los hombros de la Madre.
El rostro de María se muestra sereno, con los ojos bajos, sin indicar ni seriedad ni tristeza, sino más bien alegría y paz, en una actitud de meditación. Su cabeza está cubierta con un velo azul oscuro que le llega hasta los hombros y con una corona de perlas, símbolo de su condición de Reina, por ser la Madre del Rey y alrededor doce estrellas, que representan a la Iglesia, fundada sobre los Doce Apóstoles. Detrás se destaca una gran estrella, la misma que acompañó a los Magos, para darles a conocer al Salvador. Su manto está salpicado de dieciséis pequeñas estrellas.
Delante de la Madre se encuentra el Niño Jesús, desnudo, dormido sobre pajas y bien detrás está San José, vestido con una capa roja y una vela en su mano izquierda.